Javier Fuentes, apasionado por la conservación del patrimonio cultural y la búsqueda de soluciones ecológicas, se propuso revitalizar las típicas edificaciones de la Vega de Granada conocidas como «secaderos». Estos edificios, que alguna vez desempeñaron un papel vital en la agricultura local, ahora cobran nueva vida como un centro dedicado a la enseñanza y la creación.